12 de octubre de 2023
Algunos años han pasado desde que comenzamos un emocionante proyecto de conservación de la naturaleza y secuestro de carbono forestal con la vibrante comunidad de Centauro del Norte. Gracias al fuerte compromiso que compartimos, ese de preservar lo que realmente importa, hoy celebramos la venta de sus primeros bonos de carbono. Este logro es reflejo de una responsabilidad común y compartida: cuidar el presente y asegurar un futuro para todos.
Toroto
Sentado en una sillita de plástico en lo que parece ser un patio de uso común que demuestra el paso de los años, y bajo un techo de lámina que cruje con el viento que sacude la selva, Don Gelasio Maldonado, quien es parte del Consejo de Vigilancia de Centauro del Norte, comenta: ‘desde hace varios años hemos estado trabajando para seguir conservando nuestra selva, siempre hemos y seguiremos luchando por eso’. Centauro del Norte, como muchos otros ejidos del sureste mexicano, es una población con cierto grado de precariedad y marginación, sin embargo, tienen el enorme beneficio de contar con una selva que se extiende por más de 9 mil hectáreas.
‘Nosotros decidimos entrarle a este proyecto, entre otras cosas, porque nos importa seguir cuidando de nuestras tierras. Imagínese, ¿quién te va a pagar por conservar tu selva?’. Ante la urgencia climática, social y ambiental que vivimos, la pregunta que Aglayd Melendres, Secretaria del Comisariado Ejidal hace, se vuelve día con día más relevante. Hoy podemos decir que esta idea ya no es tan impensable como el tono de su voz lo demarca; hoy en día, y sobre todo para Toroto, dar un beneficio económico justo y rentable para los dueños de la tierra por conservar los remanentes de vegetación que aún nos quedan, es algo así como una obligación para seguir habitando este planeta.
Hace algunos años, con la idea anterior en mente, decidimos desarrollar un proyecto de secuestro de carbono forestal y conservación de la naturaleza con el ejido Centauro del Norte. Tomamos juntos esta decisión, entre otros factores, porque algo enorme compartimos: una voluntad por preservar lo que realmente importa.
‘Todos los compañeros están emocionados, porque con el beneficio [el pago por la venta de los bonos de carbono que su ejido genera] va a cambiar tanto su economía, como su futuro. Es un crecimiento y un cambio que desde que yo llegué aquí no se había vivido. Sólo piensa de aquí a 100 años cuánto esto va a cambiar: vamos a reforestar nuestra selva y vamos a invertir en cosas importantes que mejoren la vida de la comunidad. La verdad, al principio lo de los 100 años me detenía, pero acabé pensando en mis hijos y después en sus hijos y me di cuenta que era la mejor decisión que podía tomar’. Aglayd, así como el resto de los ejidatarios de Centauro del Norte, no sólo aceptaron el proyecto, sino que confiaron en él lo suficiente como para firmar un compromiso a 100 años. Hace apenas unas semanas, los frutos de aquella asamblea fueron recogidos, pues ya se vendieron los primeros bonos de carbono.
‘Para nosotros –y en lo personal– nos sentimos muy contentos. Ha valido la pena la espera, el estar en el proceso y el trabajo realizado. Ahora que ya tenemos una noticia favorable, ya estamos muy motivados. Vamos a tener un ingreso para nuestras familias; para todos. Una parte de los ingresos será para subsistir, para que mis hijas estudien; la otra parte será para darle mantenimiento a las áreas que nosotros tenemos que estar cuidando y protegiendo’, cuenta entre sonrisas Jesús Morales Vidal, Agente Municipal, ‘yo sé que de aquí para adelante tendremos un sustento para nuestras familias; ya no tenemos que pensar en desmontar para sembrar una milpa, ahora sólo tenemos que proteger nuestra selva. Ese es un cambio muy bueno. Es como tener más asegurado nuestro futuro’.
Incentivar formas de vida que se basen en la conservación y regeneración de los recursos naturales ha sido siempre una misión en nuestro quehacer; hoy, estos testimonios confirman ese sentimiento de esperanza por el porvenir.
Algo que nos quedó muy claro después de estos diálogos, es que la reinversión en acción climática es un esquema que realmente permite la continuidad de un proyecto a lo largo del tiempo. Más allá de sólo contar con los recursos económicos para que ésto suceda, escuchar de voz propia de las personas dueñas de la tierra que ese es también un objetivo para ellos, nos brinda la seguridad en el mañana que todos necesitamos.
‘El beneficio será para la familia, para hacer las cosas bien y para seguir adelante, haciendo recorridos, para hacer brechas, para continuar con las labores de reforestación, para seguir cuidando nuestra selva’ dice Don Abraham, Presidente del Comisariado Ejidal.
‘Cada quien invertirá lo propio en lo que considere más importante, hay mucha necesidad en esta comunidad. Yo quisiera mejorar mi casa, usar el recurso para los estudios de mi hijo y de mi señora. Y como comunidad, tenemos que reinvertir en este proyecto: en Centauro del Norte tenemos pensamientos ambientalistas y a favor de la conservación, la idea siempre será trabajar e invertir parte de nuestro dinero para seguir conservando nuestra selva’ dice Gelasio.
‘Con el beneficio queremos seguir invirtiendo en programas ambientales, pero también quiero darles un futuro a mis hijos: son las cosas que más importan acá, la selva y las generaciones que vienen’, añade Aglayd.
Don Abraham continúa, ‘yo siempre le digo a mis compañeros “hay que entrarle [a este tipo de proyectos]”, porque más allá de las cosas buenas que nos trae como comunidad, la realidad es que si nosotros no cuidamos de nuestra selva, todo se va abajo, nadie más la va a cuidar. Desde el principio estábamos felices, y echándole muchas ganas para lograr los objetivos, pero ahora sí que está más que logrado. Lo que nos queda es seguirle dando todos los días, luchando por el beneficio de nuestra comunidad’.
Sin más comentarios pues sus palabras lo han dicho todo, Don Abraham cierra esta plática con una reflexión que consideramos esencial: quienes cuidan de los recursos naturales muchas veces son quienes coexisten con ellos; quienes viven remuneradamente de ellos; quienes su cosmovisión e identidad gira en torno a ellos.
Desde su sillita bajo el mismo techo de lámina que no ha dejado de crujir, entre el azul despintado de las paredes y columnas que lo rodean, nos termina por decir ‘aquí lo realmente importante es que nuestra selva esté bien; así todos estamos bien’. Y con eso, Don Abraham se levanta y se va con una sonrisa.
Don Abraham García Pérez
Agradecimientos
A Abraham García, Aglayd Melendres, Gelasio Maldonado y Jesús Morales por contarnos su experiencia; a Elva María, Coordinadora de Desarrollo de Proyectos en Toroto, por facilitar este lindo diálogo.
Sobre la autora
Sandra es Editora Ejecutiva en Toroto. Estudió biología, le apasionan las diferentes formas de vida que existen en el planeta y está completamente comprometida con protegerlas y conservarlas.
Blog - Las voces del cambio: testimonios del ejido Centauro del Norte sobre su primer proyecto de carbono | Toroto